sábado, 25 de enero de 2014

COINCIDENCIA PERFECTA


La coincidencia perfecta es lo que para mi representa si la historia ha tomado o no, vida propia. Pero ¿Por qué coincidencia perfecta? Bueno, generalmente cuando apreciamos un relato o vemos un film (muchas veces) la condenamos como pobre o rebuscada al encontrar resoluciones “fáciles” que hacen avanzar la historia. Por ejemplo: tenemos una historia donde hay dos secuestradores y dos rehenes, quienes están en diferentes habitaciones de una casa. Los secuestradores se encuentran en la sala estudiando la situación: cómo escapar sin caer presos. Mientras que los rehenes piensan en como escapar de las manos de sus victimarios. En determinado momento, los rehenes escuchan un pleito entre los secuestradores y aprovechan para darse a la fuga. Uno de ellos abre cautelosamente la puerta rompiendo la cerradura y se conduce junto al otro hasta la habitación gris, que es una de las habitaciones desocupadas y, que a su vez tiene una ventana rota, (es donde pensamos: vaya coincidencia) ésta ventana a lo largo de todo el relato fue la causante de un incesante sonido al golpearse por causa del viento y de la lluvia. Las víctimas logran salir de la casa aunque los secuestradores se han percatado de eso y van en busca de ellos.

Entonces pensamos: ¡VAYA CAUSALIDAD! UNA VENTANA ROTA… Cuando en realidad esa ventana ha sido un elemento para provocar un INCESANTE SONIDO desde el comienzo. Pero que a su vez ha tomado vida en el relato, y de ser una simple ventana rota pasa a ser el principal punto de escape  para los rehenes.   

Cuando tenemos una situación de esta, no hay que minimizarla ni creer que estamos “rompiendo códigos o recurriendo a una solución rebuscada y fácil” no hay nada mejor para una historia cuando las soluciones surgen de ella misma. Esto quiere decir que ha tomado vida propia y, que en definitiva, no es el autor quien le da todas las salidas y el que soluciona todo porque tal vez, tal vez estemos escribiendo pensando en nosotros mismos y no en la historia en sí. 

1 - la solución debe ser interna. Usando elementos o movimientos internos dentro de lo que va sucediendo en el relato.

2 - la solución no debe ser externa. Uno de los motivos es que a veces se recurre a un salvador externo al que nadie puede vencer y eso trae la victoria. Resolución fácil, rebuscada y que deja la historia por debajo.